Javi Martínez y San José también se apuntan al partido de Euskadi, pero dejan claro que «hay gente más arriba» para alcanzar el acuerdo

Se siguen sumando adeptos a la recuperación del partido de la selección de Euskadi en Navidad. Aunque todos los mensajes van en la misma dirección. Uno de los requisitos acordados en el primero de los contactos que tuvieron los miembros de la Federación Vasca de Fútbol y los representantes de los jugadores -del Athletic, Real Sociedad y Real Unión- en Durango, fue la confidencialidad, por lo que los jugadores se limitan a mostrar voluntades.

Ayer fueron Javi Martínez y Mikel San José los que se apuntaron a jugar con la tricolor a finales del mes que viene en el caso de que se alcance un consenso. «Nosotros queremos jugar, está claro. Es un partido que le gusta jugar a todo el mundo», destacó el pivote de Ayegui. El defensa central ratificó lo dicho por su compañero. Pero en ambos casos dejaron claro que ninguno es responsable de la negociación con los dirigentes. Ellos la siguen de lejos y esperan acontecimientos. Confirmaron que desconocen si ha habido más contactos y afirmaron que «hay otras personas que se encargan de decidir eso. Hay gente más arriba que nosotros», manifestó Martínez.

Hay tres asuntos centrales a abordar en el próximo encuentro entre ambas partes, que tiene que estar próximo. En dos de ellos hay acuerdo, pero no en el tercero. En primer lugar, el nombre. Los jugadores rechazan el de Euskadi, un asunto que se ha convertido en el caballo de batalla de los últimos años. Ellos apuestan por el de Euskal Herria. Hay un punto de encuentro: jugar con el nombre de Euskal Selekzioa, una denominación que ya fue barajada el pasado año, aunque finalmente no hubo partido.

También está la cuestión de la procedencia de los convocados. Los futbolistas reclaman que se cite también a jugadores navarros y del País vasco-francés. La Federación no pone pegas y asume la propuesta con el argumento de que así se hizo desde que la selección vasca volvió a la actividad a finales de los años setenta. La diferencia se sitúa en la reclamación de los jugadores de que la Federación «de pasos» de calado para lograr la oficialidad. Los dirigentes admiten que salgan al campo con una pancarta en este sentido y que dicha reivindicación se plantee incluso en los carteles anunciadores del partido. Pero otra cosa, consideran, es enfrentarse por este asunto a la Federación Española. En caso de que se alcance un acuerdo, el partido de la selección se jugaría el 28 o 29 de diciembre en San Mamés.