El Sestao River asciende a la Segunda B

Los vedrinegros empatan a dos ante la Montañesa y convierten Nou Barris en la fiesta del ascenso

El Sestao trasladó ayer los 'Sampedros' hasta el Nou Barris de Barcelona.

Los de la Margen Izquierda prolongaron sus fiestas locales hasta la Ciudad Condal, donde tiñeron de verdinegro el pequeño campo de la Montañesa, un modesto club que despertó de su sueño porque los hombres de Carlos Docando se empeñaron en recuperar el sitio perdido a la primera. No querían esperar, y no lo hicieron. 2-2 final y un año después de su triste descenso, el River vuelve a Segunda B.

El 2-1 de la ida del último encuentro de promoción de ascenso dejaba la resolución para la cita de Nou Barris. Hasta allí debía de ir el Sestao en busca del pasaporte hacia la Segunda B, a un barrio de Barcelona donde su equipo, en su primer año en Tercera, estaba a un paso de lograr algo inimaginable para sus aficionados. Así que los de Docando ya sabían a lo que se enfrentaban cuando saltaron a la hierba artificial del Municipal, un escenario de reducidas dimensiones donde los locales apretaron muchísimo de salida en busca del gol que les llevara a la gloria.

Y esa presión les fue bien a los catalanes. A los diez minutos de juego, el local Edu ya había adelantado a la Montañesa de penalti, que metía en ascenso al equipo catalán. Pero el Sestao no dio muestras de nerviosismo o debilidad. Y aunque al descanso se llegó con ese resultado en contra, la preparación física y mental de los verdinegros marcó la diferencia.

Se vio a los 14 minutos de la reanudación, cuando el árbitro señaló otro penalti en contra del equipo de Docando bastante riguroso. De aquellos que en una eliminatoria tan importante no se tendrían que pitar, pero que a veces se pitan. Alguien echó una mano al River desde arriba porque el fallo del jugador catalán Edu San José hundió moralmente a su equipo y dio alas a los de Docando.

Las internadas de Jokin y Aketxe por las dos bandas ya empezaban a dar sus frutos cuando Barrón forzó una falta muy peligrosa. Es de aquellas que se huelen que pueden entrar. Y entró. Hernáez la clavó con maestría. El portero no pudo hacer nada. El ascenso estaba en la mano. Pero, por si acaso, dos minutos después, un centro medido de Barrón lo remata Sergio Plasencia a gol.

El banquillo vizcaíno explotó. Los jugadores que calentaban por la banda, nerviosos, preguntaban cuántos minutos faltaban para el final. Ya sólo se escuchaba un cántico en esa zona alta de Barcelona, cercana a la montaña: «River, River». Aunque la Montañesa empató en el tiempo de descuento, obra de Xavi Valls, nada importó. Nou Barris era verdinegro. Y el Sestao, de Segunda B.