Bielsa organiza un partido

A falta de rival, promueve un duelo entre sus hombres, concentrados hasta hoy

a falta de un partido que ocupara el fin de semana del Athletic, que era la pretensión del club, Marcelo Bielsa optó por idearlo, planificarlo y ponerlo en marcha en el entrenamiento de ayer. El técnico de Rosario, que deseaba mantener al equipo tenso y encarrilado en el barbecho liguero tras el triunfo frente a la Real y a la espera de Osasuna el próximo día 17, decidió armar y fabricar el choque en Lezama. Partió la plantilla en dos frentes, ocho contra ocho, y ocupó todo el terreno de juego. No quiso recortarlo, limarlo, para que la dificultad fuera todavía mayor. Un duelo más corto en el cronómetro, pero sin duda más escarpado.

Bielsa ofició desde el centro del campo las operaciones del grupo, que se empleaba a fondo en un partido que tomaba aire cada cinco minutos para que los futbolistas recuperaran el resuello. Su voz de tenor, grave, punzante en cada detalle tanto para el elogio como para la corrección, vigiló cada acción de los jugadores, obligados a un ejercicio atlético sumamente exigente para colonizar cada cuadrante del césped. La falta de efectivos no amainó, sin embargo, a Bielsa, que, enérgico, reclamaba el mismo esfuerzo. Bielsa no entiende el fútbol sin tajo.

"¡No lo enfrente, presiónelo!", azuzó a Iturraspe mientras De Marcos, el hombre más en forma del equipo, maniobraba con celeridad y evitaba el lazo del centrocampista, que acumula tres jornadas en el banco. "No he aprovechado la lesión de Ander (Herrera) para tener más minutos", dijo a modo de autocrítica el volante vizcaino, que reconoce la buena salud del equipo: "Al final hemos llegado al parón en un buen momento, con dos buenos resultados".

Para sostener firme el cordaje competitivo, Bielsa, intervencionista, requirió máxima concentración y esfuerzo cuando los equipos debían replegarse y retomar la posición: "¡Volvemos!", gritaba. También se ocupó de que los jugadores mantuvieran el rigor táctico, la ocupación de espacios en cada momento, una cuestión prioritaria para el funcionamiento del engranaje que pivota sobre la posesión de pelota, el fútbol asociativo y la tenaza de la presión para recomponerse.

concentrados En ese mecano, en esa manera tan sumamente condesada de entender el fútbol que tiene Marcelo Bielsa, el técnico ordenó una concentración en el hotel Melía de los jugadores para coser los entrenamientos de ayer: el matutino, del que se retiró Gabilondo (Ocio entrenó en solitario con Xabi Clemente) por un problema en el adductor, y el vespertino así como la sesión preparatoria de esta mañana, prevista para las 9.30 horas, como si de un partido se tratase.