Un millar de aficionados presentes en el entreno de Lezama

Un millar de aficionados aportaron un colorido inesperado al entrenamiento

Lezama vivió ayer una estampa de compromiso. 2 de agosto, en plena vorágine vacacional. El éxodo a puntos veraniegos apenas se notó en la factoría del Athletic. Cerca de un millar de seguidores se dejaron seducir por el señuelo del regreso de Javi Martínez y Fernando Llorente, los dos flamantes campeones del mundo, además del de Iker Muniain, la última referencia de la casa. Fueron motivos lo suficientemente atractivos para que Lezama se refugiara en un ambiente festivo.

El Athletic presume de su esencia. Parte de ella corresponde a su afición. Ésta no quiso faltar el día en el que toda la plantilla rojiblanca se ejercitó al completo por primera vez en lo que va transcurrido de pretemporada. Javi Martínez y Llorente acapararon gran parte de las miradas y de la atención de los presentes, en su mayoría jóvenes que se acercaron a apoyar a sus ídolos, sobre todo con la misión de cazar ese autógrafo que harán brillar ante sus amistades y allegados.

El inicio de la sesión que completaron ayer los de Joaquín Caparrós ya desveló la expectación creada en una tarde donde el oscuro y lloroso cielo no amilanó al personal. Con la salida al exterior de los leones, muchos aficionados improvisaron un pasillo a los rojiblancos, que no dudaron en corresponder tal recibimiento al chocar sus manos con unos chavales de lo más entusiastas y entregados.

El millar de personas mantuvo también su compromiso con la plantilla, ya que apenas se produjeron gritos o movimientos que pudieran distorsionar el trabajo de los de Caparrós, que se alargó durante hora y cuarto, pese a que el técnico utrerano no se decantara ayer por ofrecer un partidillo con el que deleitar a los aficionados, que se tuvieron que conformar con los ejercicios de balón que completaron sus pupilos.

Cuando Javi Martínez, Llorente, Muniain y Murillo -que se reencontró con sus compañeros a la espera de encontrar un destino para esta temporada una vez que no cuenta para Caparrós- se adentraron en el circuito adyacente al campo 1, se produjo una pequeña desbandada de los seguidores más jóvenes para seguir de cerca la carrera continua de estos cuatro rojiblancos, quizá sorprendidos por la expectación creada.

Fue, sin más, una tarde para disfrutar. Una especie de carroza presidida por un león gigante vestido con los colores del Athletic y luciendo una txapela dotó a la sesión de un carácter festivo. Agosto es mes rojiblanco.