Fernando Llorente se queda con el Athletic

Fernando Llorente cumplirá su último año de contrato en el Athletic. Al cierre del plazo para la compra y venta de jugadores, en la medianoche de ayer, su situación no experimentó variación alguna. Como era de prever, ningún club llamó a Ibaigane para interesarse por el delantero de cara a la temporada en curso. Al poder disuasorio de su elevada cláusula, se agrega el hecho de que a partir del 1 de enero está facultado para negociar su futuro destino y que a partir del 30 de junio próximo podrá formalizar su cambio de aires sin costo en concepto de traspaso, lo que le convierte en un objetivo muy atractivo. Ahora queda por despejar cuál será el papel que tenga en el seno de la plantilla rojiblanca hasta que se produzca su adiós definitivo. La solución depende exclusivamente del propio jugador y de Marcelo Bielsa, quien posee vía libre para decidir sobre todos y cada uno de los futbolistas a su cargo.

Además de la confirmación de que Llorente no se mueve, la noticia de la jornada fue que el Athletic no realizó ninguna contratación pese a haber ingresado recientemente 40 millones de euros procedentes de la indemnización abonada a cambio de la libertad de Javi Martínez. Se desconoce si la directiva se ha planteado la opción de acudir al mercado, pero lo cierto es que de momento no ha trascendido que se haya dirigido a ningún club para intentar reforzar una plantilla donde al menos hay cuatro fichas disponibles, después de los últimos movimientos habidos.

Al menos es una realidad que el Athletic cuenta con la concesión por parte de la Liga de Fútbol Profesional de una ampliación del período hábil para fichar. La duración de dicha prórroga tampoco se ha precisado, no obstante existe un límite establecido por la UEFA que se refiere a sus competiciones. El próximo lunes dicho organismo debe tener en su poder la lista definitiva de los jugadores que tomarán parte en sus torneos.

Si el Athletic no fichase antes de ese día y lo hiciera posteriormente, su o sus adquisiciones no podrían jugar la fase de grupos de la Europa League, que se disputa dentro del año natural vigente. Sí podría efectuar luego, coincidiendo con la apertura del mercado de invierno, la inscripción para las siguientes rondas, pero siempre que ese jugador no hubiese intervenido con otro club en el mismo torneo durante la fase de grupos. En este último supuesto se hallaría por ejemplo Raúl García, el centrocampista del Atlético de Madrid.

En definitiva, si el Athletic pretende fichar, lo ideal es que lo haga antes de la medianoche del lunes a fin de disfrutar de la plena disponibilidad del jugador captado. Ayer, lo más que hubo fueron rumores procedentes de los equipos donde militarían futbolistas susceptibles de recalar en Bilbao. El ingreso de los 40 millones de Javi Martínez conlleva que haya dirigentes que se estén frotando las manos y adviertan que el precio a abonar es el equivalente a la cláusula u otra cantidad por encima de lo razonable, si es que este término se puede utilizar en el mundillo futbolístico.

LA GRAN INCÓGNITA La momentánea ausencia de novedades en el capítulo de altas contribuye a que se activen las elucubraciones en torno a Llorente. Certificado que ha de permanecer en Lezama, la pregunta es si continuará ajeno a la competición, como ha venido ocurriendo hasta la fecha o, por el contrario, empezará a entrar en la dinámica del resto de sus compañeros. En realidad, una vez se ha cerrado el mercado, su situación es idéntica a la ya conocida. Los argumentos esgrimidos por Bielsa para descartarle de las convocatorias aludían a la prestancia anímica del ariete, después de que respondiera negativamente a la oferta de renovación del club y este condicionara su salida al abono íntegro de su cláusula.

Cabía aguardar a que alguna entidad poderosa tuviese un acceso de locura, pero finalmente todo se redujo a un tanteo por parte de la Juventus, que apenas alcanzaba para cubrir la mitad del precio que figura en el contrato de Llorente. Ante la perspectiva de pasarse un año en blanco y conformarse con acudir a diario a Lezama para los entrenamientos, el jugador deberá comunicarle a Bielsa si se siente capacitado para volver a ceñirse la única camiseta que ha vestido en su carrera y comportarse en el campo como uno más.

En el instante en que se anunció la ruptura de las negociaciones, Josu Urrutia declaró que confiaba en que, hasta su despedida, Llorente defendería el escudo con el mismo empeño que había demostrado en campañas anteriores. Luego, el presidente aseguró que la directiva no se inmiscuiría en la labor de Bielsa, extremo que el técnico ratificó coincidiendo con la primera oportunidad en que renunció a alinear a Llorente y a Javi Martínez, una medida que se ha venido repitiendo hasta el jueves, cuando el Athletic disputó su último compromiso en Helsinki.

En pura teoría, cualquier posibilidad se puede dar a partir de hoy. El ambiente acaso sea menos propicio para la reaparición de Llorente que hace unas horas, por culpa de la espantada de Javi Martínez, un asunto muy diferente, pero que presenta el denominador común del desafecto del futbolista hacia el club. La afición está dolida por el proceder de unos jugadores a los que había colocado en un pedestal y resulta imposible calcular el impacto que tendría la integración de Llorente en las alineaciones, tanto para él mismo como para el resto del equipo.

Sin embargo, la premisa fundamental sigue siendo que Llorente quiera consumir la recta final de su estancia en el Athletic cumpliendo con todas sus obligaciones. Ello implicaría una mentalización adecuada, a sabiendas de que probablemente le tocará apechugar con una experiencia amarga. Por su parte, Bielsa, en calidad de responsable del grupo, ha de valorar cuidadosamente todas las vertientes de lo que, sin lugar a dudas, es un tema muy engorroso. El tiempo dirá en qué acaba todo. Mientras, el Athletic peleará por enderezar su rumbo deportivo, cuestión esta que tampoco acompaña.