Macua optará a la reelección a pesar de las dimisiones

"Lo que debería hacer ahora Fernando [García Macua] es anunciar que se quiere presentar a las elecciones, para que se vea que está fuerte". Habla Fermín Palomar y su voz va a misa en el Athletic. No tanto por su cargo, que también (vicepresidente), sino por su conocimiento del medio y su infalibilidad, casi papal: 16 años lleva este empresario del sector de la alimentación en la Junta Directiva, con seis presidentes distintos (Arrate, Uria, Ugartetxe, Lamikiz, Urquijo y García Macua), tras salir victorioso de cuantos comicios se han celebrado en San Mamés durante las dos últimas décadas.

Es viernes y aún retumba en Bilbao el seísmo, con epicentro en Ibaigane, declarado tras la dimisión de tres directivos (Mónica Durango, Jon Lertxundi y Carlos del Campo). Su renuncia, siendo significativa per se (por el qué, la disensión, y por el cuándo, a escasos días de la Asamblea y a pocos meses de las elecciones que nominarán al presidente que inaugure el nuevo San Mamés), adquiere mayor relevancia si se contextualiza. Su renuncia eleva a seis la nómina de directivos dimisionarios en los tres años que García Macua le ha consumido a su primer mandato. Más trascendente aún, sus ceses siembran de minas la que se intuía plácida y triunfal marcha del abogado bilbaíno hacia la reelección.

Lo sabe Palomar, que las huele a distancia. "Éste no es el momento de dimitir… a no ser que quieran preparar una plancha electoral", dijo a DEIA. Y Fermín no da puntada sin hilo. Y al apuntar en esa dirección, tal vez sin pretenderlo, o no, abrió la caja de los truenos electorales, sellada hasta la pasada semana a cal y canto bajo la losa de una paz social, una estabilidad financiera y una armonía futbolística desconocidas en el último lustro.

en clave electoral Pero Palomar, contra lo que se cree en García Rivero, no es omnipotente, y Macua no ha atendido aún su plegaria. Ni lo ha hecho ni lo hará en un futuro inmediato. Su silencio es tan sepulcral como firme es su determinación: optará a la reelección. Eso es seguro. La decisión sólo se la ha comunicado a su entorno más íntimo. Y la revuelta de esta semana, dicen desde allí, no ha hecho sino reafirmarle en su convicción: "Está más ilusionado y convencido que nunca", decían el sábado desde los aledaños de la presidencia. Una esfera en la que se interpreta en clave electoralista la dimisión de Durango, Lertxundi y Del Campo. "O amago de dimisión", apostillan. Porque desde Ibaigane sostienen que ninguno de los tres directivos ha comunicado su renuncia oficial. "La noticia la ha difundido alguien con ganas de desestabilizar el club, ahora que era una balsa de aceite. Es el primero de una serie de movimientos que viviremos hasta las elecciones", denuncian sin señalar al sospechoso. "Todo el mundo lo conoce. Es legítimo querer volver, pero no jugando sucio", es todo el detalle que proporcionan.

debilidad manifiesta A expensas de que los tres ceses se oficialicen, 14 son hoy los integrantes de la Junta Directiva. La cuestión no es menor: si se consumase las dimisiones, sólo 9 de los 15 directivos originarios seguirían en la Junta. En el supuesto de que esa cifra bajase a 7, García Macua se vería obligado a disolver su órgano de gobierno y a convocar elecciones anticipadas.

"La decisión la tengo tomada". Estas cinco palabras, apenas 5 centímetros sobre el papel, es todo lo lejos que alcanza a llegar García Macua cuando le preguntan si se presentará a la reelección. "La tengo tomada, pero no me parece propio explicitarla ahora. Sería abrir un melón que no tiene que estar en la agenda del club. Lo importante ahora es empezar bien la temporada, mantener la línea y mirar a los temas deportivos y económicos", decía a este periódico a finales de agosto, cuando su proyecto surcaba una mar tranquilo, impulsado por la suave brisa de la calma social y deportiva. Entonces, a Macua, avalado por los resultados deportivos del primer equipo y por unas cuentas que, ingeniería financiera incluida, se anuncian estupendas, sólo se le intuía un flanco débil: el proceso judicial que investiga el impago y posterior desvío de 43 millones de euros en concepto de IVA en la operación de venta de los terrenos de Puerta de Bilbao, el llamado caso Iurbenor. Una instrucción en la que Macua ya ha prestado declaración ante el juez. Un asunto que entronca con su acceso a Ibaigane, pues fue Jabyer Fernández, fundador de Iurbenor y autor del desvío millonario, quien financió la campaña electoral del letrado bilbaino y quien puso, al menos una temporada, los avales, millonarios, que la Ley del Deporte obliga a depositar en determinadas circunstancias a los directivos de los clubes deportivos como el Athletic. "No me entra en la cabeza que Macua se presente a la reelección si el caso le salpica, ni que siga un día más en Ibaigane si es imputado", dice un antiguo presidente del club. "Sería un escándalo".

No pocos observadores localizan en esta causa judicial el motivo por el que Macua no ha deshojado aún la margarita electoral en público. "Quiere saber cómo le van las cosas en el juzgado antes de dar el paso al frente. Para él sería nefasto que la campaña electoral se solapase con un procesamiento", apunta un viejo directivo. "No es eso. Si el presi no dice nada es porque todos sabemos lo dañinos que suelen ser los comicios para el Athletic, y abrir a nueve meses vista la carrera electoral sería de irresponsables. Y si algo es Fernando es una persona responsable", afirma un miembro de la Junta.

segundo flanco Desde el jueves, una segunda costura se le adivina al presidente. Seis son muchas bajas en un grupo original de 15 directivos (el 40% de la Junta genuina), y más aún si los cesantes esgrimen argumentos coincidentes: el individualismo de García Macua, su afán protagonista, su intervencionismo. "No sabe delegar", protesta un dimisionario. "Que el presidente no informe a la Junta de un posible fichaje es normal: cuanta menos gente lo sepa, mejor. Pero que no cuente con los directivos para nada, salvo para hacer quórum, es inaceptable", se queja. "Quien está en la Junta sólo para figurar, salir en los periódicos y hacer negocios está encantado con este presidente, porque entre semana no hace nada y el domingo toma combinados en el palco. Pero para los que nos sumamos al proyecto con el único fin de poner nuestros conocimientos al servicio del club, la frustración es total", protesta otro ex directivo de Macua.

"En la Junta no somos floreros", replica un miembro del sector pro Macua, núcleo duro en el que se da por segura, al igual que en todos los estamentos del club, la concurrencia de García Macua a los comicios de primavera-verano. "¿Por qué no se iba a presentar? Su gestión está siendo muy, muy buena", ensalza un directivo. "Si se presentase, yo seguiría apoyándole", proclama Palomar, y su anuncio no es baladí viniendo de quien viene, del hombre al que en los foros llaman San Miguel: "Donde va, triunfa".