Asamblea general

Los socios contestan al presidente y ratifican en voto secreto y por escaso margen a los nuevos directivos

La Asamblea aprueba las cuentas y el presupuesto de Macua, que articuló un discurso en clave electoral

Pasadas las 19.30 horas, la cola, extensa, gruesa, reivindicativa era tan notable, tan numerosa, tan ventruda y contestataria en el palacio Euskalduna, que incluso Fernando García Macua cayó en la cuenta desde la tribuna de oradores que presidía en la Asamblea General Ordinaria que el sector crítico obtendría con suma facilidad las 120 firmas necesarias -el 20% de los 600 socios compromisarios asistentes a esas horas-, para desactivar su propuesta de ratificar a los tres nuevos directivos: Carlos Lasa, Jesús Arancibia y Jone Miren Artetxebarria mediante una votación a mano alzada, que decidió cortar la imagen que le impactaba una y otra vez con dureza en la mandíbula de la retina. Ante lo insoportable de la escena, García Macua optó por frenar la hilera de los socios compromisarios que levantaron la voz y su mano a modo de protesta. Desorientado, sorprendido y sobrepasado por la respuesta del tejido social, que lanzó un serio aviso al máximo mandatario del club, García Macua debió aceptar apesadumbrado la propuesta de los socios.

La maniobra de Macua, desencajado y superado por el paisaje que se movía ante sí camino de la mesa de secretaría donde se recogía el voto de los compromisarios al primer punto del día, segó de cuajo la votación de los socios que deseaban que el sufragio fuera secreto antes de tiempo para acolchar la contestación crítica de la masa social a su planteamiento. La proposición de Macua fue recusada con voces roncas y gestos torcidos por los compromisarios al entender que el presidente del Athletic tenía que dejar que todos los que hacían cola pacientemente pudieran firmar para lograr que se votara de manera secreta.

Fue el segundo error cometido por Macua, al que le venció su suficiencia y su poco encaje ante el acto de reivindicación de los socios. El primero lo cometió el presidente cuando se agarró al régimen estatutario del club para revocar las firmas obtenidas por los críticos a su planteamiento en las inmediaciones del Euskalduna. Las rúbricas tenían que ser cotejadas no sólo dentro del Palacio, sino que éstas también tenían que ser repetidas ante la secretaría del club. Esto produjo un considerable enojo entre los asistentes, que acudieron en masa a la mesa de firmas para mostrar su objeción a la proposición del presidente.

VOTACIÓN Y CAMPAÑA

Una vez desalojado el vientre del Euskalduna para la votación, los socios compromisarios emitieron su voto secreto en las urnas dispuestas en el perímetro del interior del palacio. Después de una votación que se cerró a las 21.15 horas, la masa social ratificó a los tres nuevos directivos: Carlos Lasa, Jesús Arancibia y Jone Miren Artetxebarria, que ocuparon sus asientos en mesa presidencial, aunque el resultado del plebiscito fue ajustado en todos y cada uno de los directivos propuestos desde el órgano de gobierno del club. Carlos Lasa recibió 374 votos a favor por 333 en contra, 20 blancos y 8 nulos, totalizando 735 papeletas. Jesús Arancibia fue ratificado por 364 votos a favor, 344 en contra, 18 en blanco y 6 nulas para sumar 732. Jone Miren Artetxebarria fue la directiva que más respaldo logró por parte de los votantes. La nueva vocal de la Junta recibió 394 votos a favor, 317 en contra, 17 en blanco y 6 nulos para 734 papeletas.

Concretada a pesar de la contestación de buena parte de los socios compromisarios apurada y abruptamente la ratificación de los nuevos directivos, recuperado el pálpito, el pulso, el sosiego y el color de su tez, Fernando García Macua se avalanzó con firmeza sobre el atril con convencimiento para pronunciar un discurso de indudable aspecto triunfalista a modo de balance de su mandato en el club, pero barnizado como catapulta electoral, la misma noche en la que los socios le enviaron un mensaje nítido y desasosegante para sus intereses. Después de agradecer los servicios prestados a los directivos dimisionarios y abrazar la llegada de los nuevos vocales al club, el presidente del Athletic aprovechó los focos, el púlpito y la presencia de los socios compromisarios, el mejor de los escenarios posibles, para iniciar su campaña hacia la reelección, aunque aún no lo ha anunciado públicamente. El tono y el contenido de su alocución, sin embargo, evidenciaron que Fernando García Macua prepara su candidatura para continuar en el sillón presidencial.

FIRMAS BAJO EL CIELO

La manifestación bajo el tintineante firmamento de la madera noble del Euskalduna era la misma que se produjo a cielo abierto hora y media antes, cuando Bilbao se sentaba a negociar la noche frente a dos carteles que pedían el voto secreto y que abrigaban unas mesas desnudas, únicamente decoradas con un montón de folios y un puñado de bolígrafos Bic. Alrededor de la mesa, inquieto, colgada la americana de pana de un pin dorado del escudo del Athletic, se explicaba Eloy Mateatxe, encargado de entregar las firmas al club al comienzo de la Asamblea: "Lo único que puedo decir es que soy un socio de Mondragón y que esta iniciativa responde a un grupo de gente de variada ideología comprometidos por la democracia en el club".

De hecho, el sirimiri de firmas que calaron a Macua hasta el tuétano, era un magma, un crisol de socios en cuyas motivaciones se agolpaban diferentes razonamientos. Javi, que no quiso dar su apellido, explicaba a DEIA que la propuesta de Macua "es legal, pero no ética. Las formas son importantes y la mano alzada genera presión y puede cohibir a la gente a la hora de votar porque aquí nos conocemos todos. No tengo ninguna gana de que vean por televisión lo que voto o dejo de votar. El voto es secreto y si no que todo se vote a mano alzada, pero no sólo lo que le interesa a Macua por sus intereses". Aseguraba Javi que no tenía nada en contra de los directivos que presentaba el presidente del Athletic para su ratificación: "El problema de Macua es su prepotencia, no los directivos que presenta".

APROBACIÓN DE CUENTAS

Concluido el discurso de Macua, le tomó el relevo Juan Antonio Zarate, que desglosó las cuentas de la entidad. Los socios compromisarios dieron por bueno el balance económico presentado por el club. Tanto el balance del ejercicio económico anterior (466 votos a favor, 267 en contra, 21 en blanco y 31 nulos para 785) como el presupuesto (433 a favor, 293 en contra, 39 en blanco y 31 nulas 786) fueron aprobados por amplia mayoría.