Meridiano Alicante 71-76 Bizkaia Bilbao Basket
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Meridiano Alicante 71-76 Bizkaia Bilbao Basket
Meridiano Alicante 71-76 Bizkaia BB
Al Bizkaia Bilbao Basket no le tiembla el pulso en las últimas semanas. Lo tiene firme, constante, sin altibajos. Constantes vitales inamovibles pese a lo volcánico del momento, sin importar las circunstancias ni el entorno que le rodea. Gracias a ello, los hombres de negro están cogiendo fama de equipo letal en los finales apretados y ayer volvieron a dar un nuevo golpe de autoridad en la cancha del Meridiano Alicante de un Txus Vidorreta que bastante tiene con lidiar con una plantilla repleta de problemas físicos y con algún que otro pupilo díscolo que no rema en la dirección que él marca. Se impusieron los hombres de Fotis Katsikaris, firmaron su cuarta victoria consecutiva y se encaraman, precisamente, a la cuarta plaza. Solo Regal Barcelona, Real Madrid y Caja Laboral Baskonia les superan en la tabla clasificatoria en el que es, sin duda alguna, su mejor momento de la presente temporada.
Fue el de ayer un encuentro en el que a falta de luminosidad destacó el trabajo oscuro. Los visitantes tuvieron un par de oportunidades de romper el partido sin tener que apelar a la agonía de un final apretado, pero las desaprovecharon por errores propios, dando vidilla a un Meridiano que, sinceramente, bastante hizo teniendo en cuenta las escasas piezas con las que cuenta. Con Kenny Hasbrouck vestido de calle, Martin Rancik en el banquillo pero sin poder jugar, Carlos Cazorla lesionado en el segundo cuarto en un hombro, Thomas Heurtel enfrentado a Vidorreta y Bojan Popovic jugando su primer partido y, por tanto, totalmente fuera de los esquemas, los anfitriones llegaron a ganar por un punto a solo dos minutos del final (63-62). Fue entonces cuando salieron a relucir las tablas y la calidad de uno y otro grupo humano. Cuando más calentaba el balón, cuando el aire escaseaba en los pulmones y lo que sobraban eran nervios, Marko Banic convirtió un dos más uno a pase de Aaron Jackson, lesionado en esa jugada, y Álex Mumbrú encestó un monumental triple con Mario Stojic justo encima; mientras que en las filas enemigas Alex Urtasun falló en su intentona desde la línea de 6,75 y Martynas Andriuskevicius envió al hierro sus dos lanzamientos libres. ¿El resultado? Un 63-68 que puso alfombra roja a un Bizkaia BB que no falló en la lotería de los tiros de personal y acabó llevándose una victoria cocinada a fuego lento, sin portentosas y descollantes actuaciones individuales pero mucho trabajo en grupo.
En esa faceta brilló, sin duda, Dimitrios Mavroeidis. Si Mumbrú y Banic pusieron la puntilla al resultado final, el pívot griego fue el principal referente del equipo hasta llegar al decisivo último cuarto. Mavro aportó puntos, rebotes, robos de balón y, sobre todo, su característica intensidad y carácter guerrero. Se peleó con Andriuskevicius, Rejón y todo el que se le puso delante, volviendo a demostrar que cuando adquiera mayor cuajo en la Liga ACB y los árbitros le muestren algo más de respeto puede convertirse en un jugador interior notable, sino sobresaliente. Sus dos primeros cuartos fueron de matrícula de honor y gran parte del buen juego de su equipo se debió al hecho de que se multiplicó en cancha.
Constantes altibajos El arranque de la contienda fue claramente de tanteo, aunque ninguno de los dos bandos escondieron demasiado sus principales armas. El Meridiano dio de salida la responsabilidad ofensiva al espigado Andriuskevicius, sin rival debajo del aro, y a la muñeca de Pedro Llompart, mientras que fue Mumbrú el que pegó primero en el bando visitan. Pese a las madrugadores y cortas ventajas del Meridiano, el Bizkaia BB no tardó en reaccionar, protagonizando un parcial de 0-10 con dos triples de Vasileiadis para llegar con un esperanzador 14-21 al término del primer cuarto. De todas maneras, y al igual que aconteció en el derbi del pasado domingo ante el Lagun Aro, las prestaciones de los vizcainos bajaron bastantes enteros con la segunda unidad en cancha. La defensa perdió solidez, el ataque se atascó con Josh Fisher ejerciendo de director y a los de Vidorreta no les costó demasiado devolver el equilibrio al luminoso, aunque la explosión de Mavroeidis, brillante a la hora de anotar y de medrar en el rebote de ataque volvió a dar aire a los de Katsikaris, que veían cómo su renta se mantenía inalterable en el ecuador de la contienda (32-39).
El partido parecía romperse de manera definitiva cuando una canasta de Hervelle tras robo de Mavro y otra buena acción del poste heleno colocaron el 32-43 en el marcador, pero el Bizkaia BB, irregular por definición, encajó un sonoro parcial de 11-2, permitió al Meridiano recuperar el equilibrio cuando se tambaleaba ya sobre la cancha y el partido pasó a moverse en márgenes estrechos.
Tocaba volver a sufrir para seguir escalando posiciones y, una vez más, el Bizkaia BB volvió a hacer gala de su pulso firme. El Meridiano Alicante alimentó sus esperanzas desde la larga distancia con dos triples de Llompart y uno de Urtasun, pero Banic y Mumbrú no rehuyeron la responsabilidad y dieron un paso al frente cuando el equipo más lo necesitaba, decantando definitivamente la balanza en favor de los de Katsikaris. Ni siquiera la lesión de Jackson frenó a los hombres de negro, cuyas acciones cada día cotizan más al alza en la ACB, mientras que las del equipo de Vidorreta siguen sin escapar definitivamente de la zona de peligro.
Al Bizkaia Bilbao Basket no le tiembla el pulso en las últimas semanas. Lo tiene firme, constante, sin altibajos. Constantes vitales inamovibles pese a lo volcánico del momento, sin importar las circunstancias ni el entorno que le rodea. Gracias a ello, los hombres de negro están cogiendo fama de equipo letal en los finales apretados y ayer volvieron a dar un nuevo golpe de autoridad en la cancha del Meridiano Alicante de un Txus Vidorreta que bastante tiene con lidiar con una plantilla repleta de problemas físicos y con algún que otro pupilo díscolo que no rema en la dirección que él marca. Se impusieron los hombres de Fotis Katsikaris, firmaron su cuarta victoria consecutiva y se encaraman, precisamente, a la cuarta plaza. Solo Regal Barcelona, Real Madrid y Caja Laboral Baskonia les superan en la tabla clasificatoria en el que es, sin duda alguna, su mejor momento de la presente temporada.
Fue el de ayer un encuentro en el que a falta de luminosidad destacó el trabajo oscuro. Los visitantes tuvieron un par de oportunidades de romper el partido sin tener que apelar a la agonía de un final apretado, pero las desaprovecharon por errores propios, dando vidilla a un Meridiano que, sinceramente, bastante hizo teniendo en cuenta las escasas piezas con las que cuenta. Con Kenny Hasbrouck vestido de calle, Martin Rancik en el banquillo pero sin poder jugar, Carlos Cazorla lesionado en el segundo cuarto en un hombro, Thomas Heurtel enfrentado a Vidorreta y Bojan Popovic jugando su primer partido y, por tanto, totalmente fuera de los esquemas, los anfitriones llegaron a ganar por un punto a solo dos minutos del final (63-62). Fue entonces cuando salieron a relucir las tablas y la calidad de uno y otro grupo humano. Cuando más calentaba el balón, cuando el aire escaseaba en los pulmones y lo que sobraban eran nervios, Marko Banic convirtió un dos más uno a pase de Aaron Jackson, lesionado en esa jugada, y Álex Mumbrú encestó un monumental triple con Mario Stojic justo encima; mientras que en las filas enemigas Alex Urtasun falló en su intentona desde la línea de 6,75 y Martynas Andriuskevicius envió al hierro sus dos lanzamientos libres. ¿El resultado? Un 63-68 que puso alfombra roja a un Bizkaia BB que no falló en la lotería de los tiros de personal y acabó llevándose una victoria cocinada a fuego lento, sin portentosas y descollantes actuaciones individuales pero mucho trabajo en grupo.
En esa faceta brilló, sin duda, Dimitrios Mavroeidis. Si Mumbrú y Banic pusieron la puntilla al resultado final, el pívot griego fue el principal referente del equipo hasta llegar al decisivo último cuarto. Mavro aportó puntos, rebotes, robos de balón y, sobre todo, su característica intensidad y carácter guerrero. Se peleó con Andriuskevicius, Rejón y todo el que se le puso delante, volviendo a demostrar que cuando adquiera mayor cuajo en la Liga ACB y los árbitros le muestren algo más de respeto puede convertirse en un jugador interior notable, sino sobresaliente. Sus dos primeros cuartos fueron de matrícula de honor y gran parte del buen juego de su equipo se debió al hecho de que se multiplicó en cancha.
Constantes altibajos El arranque de la contienda fue claramente de tanteo, aunque ninguno de los dos bandos escondieron demasiado sus principales armas. El Meridiano dio de salida la responsabilidad ofensiva al espigado Andriuskevicius, sin rival debajo del aro, y a la muñeca de Pedro Llompart, mientras que fue Mumbrú el que pegó primero en el bando visitan. Pese a las madrugadores y cortas ventajas del Meridiano, el Bizkaia BB no tardó en reaccionar, protagonizando un parcial de 0-10 con dos triples de Vasileiadis para llegar con un esperanzador 14-21 al término del primer cuarto. De todas maneras, y al igual que aconteció en el derbi del pasado domingo ante el Lagun Aro, las prestaciones de los vizcainos bajaron bastantes enteros con la segunda unidad en cancha. La defensa perdió solidez, el ataque se atascó con Josh Fisher ejerciendo de director y a los de Vidorreta no les costó demasiado devolver el equilibrio al luminoso, aunque la explosión de Mavroeidis, brillante a la hora de anotar y de medrar en el rebote de ataque volvió a dar aire a los de Katsikaris, que veían cómo su renta se mantenía inalterable en el ecuador de la contienda (32-39).
El partido parecía romperse de manera definitiva cuando una canasta de Hervelle tras robo de Mavro y otra buena acción del poste heleno colocaron el 32-43 en el marcador, pero el Bizkaia BB, irregular por definición, encajó un sonoro parcial de 11-2, permitió al Meridiano recuperar el equilibrio cuando se tambaleaba ya sobre la cancha y el partido pasó a moverse en márgenes estrechos.
Tocaba volver a sufrir para seguir escalando posiciones y, una vez más, el Bizkaia BB volvió a hacer gala de su pulso firme. El Meridiano Alicante alimentó sus esperanzas desde la larga distancia con dos triples de Llompart y uno de Urtasun, pero Banic y Mumbrú no rehuyeron la responsabilidad y dieron un paso al frente cuando el equipo más lo necesitaba, decantando definitivamente la balanza en favor de los de Katsikaris. Ni siquiera la lesión de Jackson frenó a los hombres de negro, cuyas acciones cada día cotizan más al alza en la ACB, mientras que las del equipo de Vidorreta siguen sin escapar definitivamente de la zona de peligro.
Athmin- Administrador
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