Bizkaia Bilbao Basket 99-Caja Laboral 95

BIZKAIA BILBAO BASKET 99-CAJA LABORAL BASKONIA 95

Bizkaia Bilbao Basket 99 (27+25+24+23): Fisher (3), Blums (9), Mumbrú (14), Hervelle (4) y Mavroeidis (7) -cinco inicial-; Jackson (26), Vasileiadis (2), Warren (10), Banic (20) y Sonseca (4).

Caja Laboral Baskonia 95 (29+19+14+33): Logan (13), Oleson (12), San Emeterio (16), Haislip (22) y Barac ( -cinco inicial-; Huertas (19), Ribas (-), Bjelica (3), Teletovic (2) y Musli (-).

Parciales: 27-29, 52-48 (descanso); 76-62 y 99-95 (final).

Árbitros: Hierrezuelo, Guirao y Castillo. Eliminaron por faltas personales a Haislip (m.40).

Incidencias: Un total de 8.793 espectadores en el Bizkaia Arena. Los jugadores de ambos equipos portaron camisetas alusivas al Día de los Derechos Humanos. Asistió al choque, entre otras personalidades, el lehendakari, Patxi López. Undécima jornada de Liga.

La parroquia local, que colgó por primera vez el 'No hay entradas' en el Bilbao Arena, disfrutó de una victoria más, pero que sabe a gloria y a Copa

Cada acción positiva, cada logro, cada apunte en el haber local llegó acompañado de un gesto. Gritos, puños cerrados, miradas taurinas. Motivación en su máxima expresión. Fue la virtud de la que abusó el Bizkaia para firmar su cuarta victoria en el libro de registro de los derbis contra el Baskonia. El vecino claudicó ante la superioridad de unos hombres de negro que rebuscaron en su interior hasta encontrar respuestas a muchas de las dudas que les habían convertido en demasiado vulnerables.

El rigor presidió la mesa y por ella circularon algunos de los mejores manjares de la temporada. Lo mejor que hizo el equipo de Katsikaris fue respetar el balón. Le dio prioridad absoluta a mantener la posesión lo suficiente para gestionar los ataques como había sido marcado en su libro de estilo. Desde esa premisa (sólo ocho pérdidas en todo el partido), Aaron Jackson dio un paso al frente en calidad de líder, de gestor de juego al margen de la velocidad engranada en su caja de cambios. El americano maduró en media hora en pista más de lo visto en los tres meses precedentes. Sus compañeros, que concentran muchas horas de vuelo, lo entendieron al instante. Se podía contar con el base y todo resultó más fácil.

Marko Banic y Álex Mumbrú capitalizaron de igual modo la atención. El badalonés se hizo el dueño de la pintura mientras los postes lidiaban con Barac y Haislip y el croata hizo lo que mejor sabe, reventar el partido en cuanto fue buscado como primera opción de ataque. Para que no faltara nada, en la recta final Chris Warren pasó de prescindible a pieza clave.

Todo ello rodeado de un ambiente in crescendo tras el descanso, que hizo ver a la parroquia local, que colgó por primera vez el 'No hay entradas' en el Bilbao Arena, la posibilidad de ganar al Baskonia con muchos minutos de adelanto. Cierto, es una victoria más, pero sabe distinta. A gloria. A Copa.