Nuevas dimisiones en la directiva de Ibaigane

La crisis larvada que la Junta Directiva del Athletic ha vivido desde el final de la pasada temporada, vivió ayer uno de sus capítulos más graves. Fernando García Macua, presidente de la entidad rojiblanca que afronta esta temporada la recta final de su legislatura, vio ayer cómo tres de sus directivos la secretaria Mónica Durango, el vicesecretario Jon Lertxundi y el vocal Carlos del Campo presentaban sus dimisiones como componentes del grupo de trabajo que encabeza el abogado bilbaino. Y los tres lo hicieron con solemnidad, firmando ante notario su renuncia al cargo.

La salida de estos tres directivos se produce prácticamente un mes antes de que tenga lugar la Asamblea de Socios Compromisarios, lo que coloca a García Macua en una delicada situación, ya que tendrá que exponer todos sus planteamientos flanqueado tan sólo por los diez compañeros que aún permanecen en su junta, incluidos Carlos Lasa y Jesús Arancibia, incorporados este verano al equipo directivo, por lo que estos últimos deberán recibir la ratificación de los representantes de los socios en la cita que tendrá lugar en la semana del 18 al 24 de octubre.

Precisamente la incorporación de Lasa a la Junta rojiblanca, que los directivos conocieron prácticamente a través de los medios de comunicación, fue el detonante de la crisis institucional que vivió el Athletic en la recta final de la pasada campaña. A principios del mes de mayo, los tres directivos que ayer presentaron su dimisión mantuvieron una reunión en un céntrico hotel bilbaino, junto a Sandra Aurtenetxe y Gonzalo Sánchez. Allí ya se plantearon la posibilidad de no continuar en la Junta Directiva. La gestión personalista que García Macua mantiene al frente del club centraba las críticas de este sector de la directiva. Aunque entonces rechazaron presentar sus renuncias, pocos días más tarde, con motivo de la visita a Lezama del diputado general de Bizkaia, ninguno de ellos acudió a las instalaciones rojiblancas para estar presente en la recepción a José Luis Bilbao.

García Macua aseguró días más tarde "no tener constancia de la existencia de un grupo crítico dentro de la Junta Directiva", aunque reconoció que sí había diferencias de criterio entre sus miembros, pero las calificó de "normales en este tipo de órganos después de tres años de trabajo conjunto". Esas relaciones normales tuvieron su escenificación en la ceremonia de colocación de la primera piedra del futuro campo rojiblanco. Bajo la carpa situada frente a La Catedral, y con la presencia de todos los socios de la sociedad San Mames Barria, García Macua consiguió reunir a casi todos los componentes de su junta. Parecía que el abogado bilbaino había reconducido la situación. Sin embargo, el inicio del verano llevó a Ibaigane las primeras dimisiones en la Junta. El tesorero Gonzalo Sánchez y la vocal Sandra Aurtenetxe presentaron sus renuncias irrevocables, alegando "razones personales", según manifestaron en aquellos momentos a DEIA.

En mínimos Tras las dimisiones de Mónica Durango, Jon Lertxundi y Carlos del Campo, la Junta Directiva que preside Fernando García Macua está constituida únicamente por once miembros, el número mínimo de componentes que contemplan los estatutos del club rojiblanco. De todas maneras, la próxima entrada en vigor de la nueva Ley del Deporte vasco permitirá que los clubes deportivos no tengan que cumplir ese tipo de requisitos. Es más, la directiva rojiblanca incumplía hasta ayer otro de los puntos que marcan los estatutos de la entidad, ya que presentaba catorce directivos, cuando la norma dice que "se compondrá de un número impar de miembros, con un mínimo de once y un máximo de 21".

Esta situación puede llevar a la Junta Directiva a verse en un callejón sin salida si en la próxima Asamblea de Socios Compromisarios, estos últimos no dieran su conformidad a los nombramientos de Carlos Lasa y Jesús Arancibia. En ese caso, García Macua sólo se vería acompañado por nueve miembros en la Junta Directiva, lo que supondría volver a vulnerar los estatutos.

más diferencias Precisamente, la posibilidad de que las normas que rigen el funcionamiento del Athletic sufran un cambio es otro de los asuntos que más disensiones causa dentro de la Junta. Uno de los deseos de García Macua es que los candidatos a presidente no tengan que presentar las firmas de, al menos, el 5% de los socios con derecho a voto para oficializar su plancha. Varios directivos no ven con buenos ojos esta medida, lo que han dejado entrever más de una vez.

Con las dimisiones de Durango, Lertxundi y Del Campo, lo que se preveía un último año de mandato tranquilo para Fernando García Macua al frente del Athletic se puede convertir en un camino de espinas. La paz social, la bonanza económica que vive el club y los buenos resultados deportivos no han conseguido equilibrar el carácter personalista que el presidente ha imprimido a la hora de manejar el timón del Athletic.